¿Qué es lo que votamos?

Por Eduardo Pablo Apellaniz Bastero

Un pueblo tiene la riqueza de los yacimientos calcolítico más importantes de Europa. También tiene un paisaje de cerros y olivos, con acuíferos, aves y su propia fauna. Un alcalde se reúne con promotores y decide hormigonarlo todo y sustituirlo por bloques de viviendas, campo de golf y locales comerciales. Allá donde se hormigona, todo es irreversible. Un día no crece la yerba, al siguiente se van los lagartos y las aves, después se secan los acuíferos, y se pierden los restos arqueológicos. Es una operación inmobiliaria, pero, para salvar su ética, nuestra vida la convierten en un parque temático. Parque del calcolítico, o Medioambiental o de lo que sea. Qué más da. Con el dinero de las inmobiliarias hacen campañas y lanzan folletos diciendo que construirán casas gratis y que harán centros deportivos. Nada de esto estaba en la letra pequeña de los programas electorales. La democracia es otra cosa: es que nosotros podamos decidir en las cosas esenciales. Puedo asegurarles que yo, como tantos otros, cuando fuimos a votar no otorgamos un poder tan grande sobre nuestras vidas, sobre nuestra tierra y sobre nuestro destino.

Carta al Director publicada por ABC, ADN y METRO