Movimientos de la población

58 municipios crecieron más del 30% en nueve años

Los incrementos de población más elevados se concentran en pueblos de Granada, Almería, Málaga y Sevilla

LUIS BARBERO - Sevilla - 17/12/2006

 
La población de 58 municipios de la comunidad ha crecido por encima del 30% entre 1996 y 2005, algo que no será posible en el futuro como consecuencia de la aplicación del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). Este plan establece límites en el crecimiento de la población y en el desarrollo urbanístico, lo que ha sido criticado ferozmente por los empresarios y el PP.

    Córdoba es la única provincia en la que ningún pueblo ha pasado el listón del 30%

    Los municipios de Almería y Málaga crecen con la inmigración

    La población de 58 municipios de la comunidad ha crecido por encima del 30% entre 1996 y 2005, algo que no será posible en el futuro como consecuencia de la aplicación del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). Este plan establece límites en el crecimiento de la población y en el desarrollo urbanístico, lo que ha sido criticado ferozmente por los empresarios y el PP. En concreto, el POTA establece que ningún municipio podrá aumentar su población más de un 30% ni su suelo urbanizable más de un 40% en un plazo de ocho años.

    Los 58 municipios que entre 1996 y 2005 han aumentado su población de forma más notable suponen el 7,5% de los que hay en Andalucía (770). La mayoría son pueblos pequeños que en poco tiempo han visto cómo su población se multiplica (Castilleja de Guzmán ha pasado de 692 vecinos a 2.409), pero también hay municipios importantes que no han parado de crecer (Roquetas ha pasado de 37.237 habitantes a 65.886 en estos nueve años).

    Cuatro provincias concentran la mayoría de los casos: Granada (18); Almería (15); Málaga (12) y Sevilla (9). En la provincia de Huelva sólo dos municipios (Aljaraque y Cartaya) han superado el umbral del 30%, mientras que Cádiz y Jaén cuentan con un caso cada una (Chiclana y La Guardia de Jaén, respectivamente). En Córdoba ningún municipio ha superado el listón.

    El análisis de los municipios que sí lo han pasado pone de relieve realidades muy diferentes. Así, en Málaga y Almería, los aumentos se concentran en los municipios de litoral, mientras que en Sevilla y Granada, lo hacen en la corona metropolitana.

    El perfil de los nuevos vecinos es también distinto, según explica Juan del Ojo, jefe del servicio de estadísticas demográficas y sociales del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA). En Sevilla y Granada se trata de personas jóvenes que, normalmente, residían en la capital y que al formar pareja se desplazan al área metropolitana, donde las viviendas son más baratas.

    Del Ojo destaca que el crecimiento de población es generalizado en las coronas metropolitanas de todas las capitales, excepto en Córdoba, aunque más acusado en los casos de Granada y Sevilla.

    En los municipios costeros de Almería y Málaga, los incrementos de la población son fruto de la llegada de extranjeros, pero con orígenes muy diferentes. "Los extranjeros que vienen a residir en la Costa del Sol son personas mayores, de países de la Unión Europea, sobre todo del Reino Unido", explica el demógrafo. En el caso de los municipios de Almería, localizados principalmente en la comarca del Poniente, los extranjeros que han ocasionado los incrementos de población proceden, sobre todo, de Marruecos y Rumanía.

    El desaforado desarrollo urbanístico de los últimos años es el motivo por el que las administraciones han empezado a poner límites a los futuros crecimientos y que en Andalucía el POTA recoja las restricciones de población y desarrollo urbanístico.

    Frente a las críticas de los empresarios y del PP, dos expertos, aunque con matices, sí consideran que es preciso establecer límites. Así, Fernando Prieto, coordinador del Observatorio de Sostenibilidad de España (OSE), que tiene su sede en la Universidad de Alcalá de Henares, afirma que la limitación que establece el POTA "es razonable". De hecho, apunta Prieto, la nueva ley del Suelo estatal "va en ese sentido".

    Más distante se muestra el profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla Jorge Benavides. "Estos límites son discrecionales y están llamados a caer en la discrecionalidad. La realidad urbanística no es uniforme, tampoco su proceso. Cada núcleo es diferente", afirma Benavides, quien, no obstante, añade: "Los índices e indicadores urbanísticos son indispensables. Peor es nada. En todos los campos, actualmente se rechazan los límites rígidos y se prefieren los que son rigurosos aunque flexibles, justificados. Representan el aporte de lo privado-lucrativo a la sociedad".

    Uno de los principales problemas que surgen cuando hay movimientos de población importantes es que los municipios receptores estén preparados para acoger a los nuevos vecinos. Es decir, que puedan prestar servicios como el agua o la recogida de residuos, escuelas, centros de salud e infraestructuras para facilitar la movilidad. "Construir una ciudad es complicado, es como diseñar un un ecosistema. Deben ser procesos muy lentos ya que, en caso contrario, puede haber saturación", asegura Fernando Prieto.

    El coordinador del OSE añade que cuando un municipio experimenta un crecimiento fuerte en un espacio de tiempo corto es "imposible la cohesión social y se crean urbanizaciones difusas".

    Por su parte, Benavides destaca que "existe una aceptable normativa sobre dotaciones y equipamientos; sin embargo, no siempre se materializa debido a la falta de recursos económicos y a las numerosas modificaciones puntuales de los planes que, en lugar de propiciar una mejor calidad de vida, sólo satisfacen los intereses inmobiliarios".

    El profesor de la escuela de Arquitectura asegura que "este proceso supone la socialización de los costos y la privatización de los beneficios y, se manifiesta en la explosión urbanística dispersa, lucrativa, sin referencias de identidad, ni equipamientos ni servicios públicos".

    ¿Y qué ha fallado para que se produzcan los crecimientos sin apenas control? "La ciudad del siglo XXI todavía se planifica y edifica con los paradigmas de la producción en cadena. Se estandariza la vivienda (adosados, pareados) y se edifica en suelo rústico para abaratar costes", concluye Benavides.

     

    Expansión acelerada en una década

    Castilleja de Guzmán, con casi 3.000 vecinos, es el municipio andaluz cuya población más ha crecido desde 1996, cuando tenía 692

    PILAR CHOZA - Sevilla - 17/12/2006

    El municipio de Castilleja de Guzmán, situado a unos ocho kilómetros de Sevilla, en pleno Aljarafe, ha pasado en una década de tener una sola calle a albergar mil viviendas unifamiliares. Es la localidad con el porcentaje de crecimiento demográfico más alto de Andalucía en ese periodo: 248%. "Hace 40 años el pueblo tenía 220 habitantes", recuerda Juan Escribano, de 82 años, que desde 1962 fue alcalde de Castilleja por un partido independiente. En aquel tiempo, según explica Escribano y confirma el actual primer edil, Carmelo Ceba (PSOE), había sólo dos propietarios de todas las tierras del pueblo. Fue a partir de la muerte de éstos, cuando los hijos heredaron y vendieron las fincas.

      El mayor problema es el tráfico en hora punta y la carencia de servicios y comercios

      A partir de 1985, el pueblo empezó a crecer. "Los pisos en Sevilla capital cada vez son más caros", argumenta el alcalde. Desde 1996 hasta 2005 el municipio pasó de tener 692 habitantes a albergar a 2.409. "Ahora ya rondamos los 3.000", aclara Ceba. "Mientras el Aljarafe crecía, aquí seguíamos igual. Lo que otros pueblos han crecido en 40 años, nosotros lo hemos hecho en 15", explica Carmelo Ceba, quien también critica la "falta de planificación" del anterior mandato, que no tuvo en cuenta "criterios de control urbanístico". El problema, estima el edil, es que el pueblo se ha desarrollado sólo como ciudad dormitorio y no como "lugar para vivir".

      El mayor inconveniente al que se enfrentan los vecinos, además del tráfico hacia Sevilla en las horas punta, es la carencia de servicios y comercios. "Hace falta un polideportivo y una ferretería", explica Marisa Tejado, que se mudó hace unos años a Castilleja para huir del estrés de la ciudad. "¡Pero las vistas son preciosas!", exclama. Desde las afueras y la parte alta del pueblo se puede ver Sevilla y los alrededores.

      El alcalde asegura que desde que su equipo de gobierno llegó al Ayuntamiento se han incrementado las infraestructuras y destaca la creación de dos colegios, una guardería, una piscina y un servicio de correos, así como la denominación de ecovilla para el municipio, como ejemplo: "Utilizamos energías renovables y apostamos por la construcción bioclimática y las farolas fotovoltaicas. Esperamos que el pueblo crezca sólo hasta los 6.000 habitantes. Nuestra regla de tres es expandirnos lo mínimo para tener un pueblo sostenible", afirma Carmelo Ceba.

      Pero la población aumenta rápidamente y sus necesidades se acumulan. En el pueblo hay únicamente una sucursal bancaria, que también cuenta con una inmobiliaria. "Casi todos los vecinos tienen su cuenta aquí. Hasta 2002 no hubo banco", afirma Gema Campos, empleada del banco.

      La población ha cambiado mucho desde que Castilleja de Guzmán tenía sólo una calle. En aquel tiempo, la mayoría de los habitantes trabajaban en el campo. "Mi mujer me ayudaba en el olivar. Ahora casi todos trabajan en Sevilla", recuerda Juan Escribano.

      "Han llegado muchos matrimonios jóvenes", afirma Carmelo Ceba. Por esta razón, el colegio ha visto incrementado su alumnado aunque, según el director del colegio público Argantonio, Ignacio Domínguez, se ha producido un estancamiento. "Hubo un boom, pero después las familias se estabilizaron y no nacieron más niños. De hecho, la cantidad de hermanos que hay en esta escuela es muy alta", explica. En su centro, uno de los dos colegios de la localidad, hay 224 alumnos, de los 700 niños que hay censados. "Cuando queremos ir al cine, vamos a Camas -un pueblo vecino-, pero casi siempre jugamos aquí. Me gustaría que pusieran una pista de tenis y baloncesto", afirma David, de 11 años y alumno de este centro.

      http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Expansion/acelerada/decada/elpepuespand/20061217elpand_2/Tes