La
Junta sitúa
en el 2020 el horizonte para la solución global al tráfico
en el Área Metropolitana
El Plan de Transporte Metropolitano marca
a los ayuntamientos los límites de sus reivindicaciones en materia de accesibilidad
y expansión para el futuro
ABC JUAN J. BORRERO/SEVILLA
Filosofía frente al caos. La expectación levantada
por la presentación del avance del Plan Metropolitano de
Transportes de la Junta para Sevilla, arropada ayer por la oficialidad
en unas jornadas técnicas, ofreció pocas sorpresas
y dejó claro que la administración autonómica
ha elegido un modelo de desarrollo del transporte público
frente al gasto en nuevas autopistas. Pero también que el
plan carece por ahora de un detalle de financiación y un
cronograma que no sea prometer un nuevo escenario de accesibilidad
de Sevilla y su entorno para el año 2020.
La consejera de
Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, se comprometía
ayer a desarrollar este documento de avance antes del verano, tras
superar el plazo de exposición pública, y a defender
la prioridad presupuestaria de este ideario técnico. Pero
habrá que esperar a la definición del Plan de Infraestructuras
de Andalucía y a la negociación con el Estado y la
Unión Europea para saber si buena parte de lo que se ha
pintado en los planos puede acogerse al marco de apoyo comunitario
2007-2013 o deberá tramitarse por otras vías.
Entre
tanto, habrá que esperar a que sigan su curso los proyectos
en marcha, fundamentalmente los dos grandes ejes del plan: la SE-40
-actualmente en fase de tramitación de los proyectos de
todos los tramos- y la línea 1 del Metro. Ambos proyectos,
que podrían definirse como «clásicos»,
consumen más de 40 por ciento del coste global del Plan
presentado ayer y que asciende a 2.065 millones de euros.
De cómo
se desenvuelva la teoría en los despachos donde se deciden
los «tempos» y la financiación de infraestructuras
dependerá que se alivien o aumenten las preocupaciones de
cuantos demandan a corto plazo una solución a las zonas
más afectadas por la congestión de tráfico.
Y es que si nos atenemos al informe de situación que acompaña
al Plan, de continuar la actual tendencia, para 2020 se doblaría
el impacto que hoy causan en el área metropolitana 1,25
millones de viajes diarios en vehículo privado.
El plan
pretende invertir la estadística actual de uso del transporte
público de un 20 a un 50 por ciento, aunque a corto plazo
el único argumento será la linea 1 del Metro.
La
solución final vendría determinada por la construcción
de toda la red interna de Metro de la capital con cuatro líneas
y por la utilización del tranvía como solución
para las zonas más pobladas del entorno, los ya previstos
de Alcalá y Dos Hermanas y el «Metroaljarafe» que
vincularía la terminal de Metro de Mairena con Bormujos
y Tomares. A largo plazo se plantearía una conexión
de tranvía con el Aljarafe norte hasta Salteras. Asimismo,
se prevé enlace por tranvía con la red de Metro desde
Puebla del Río.
Para potenciar el autobús se proyectan
plataformas reservadas o trazados con «determinadas preferencias
para el bus» (sic), entre las que destacan una en la A-49
y el paso sobre los dos brazos del río de una vía
exclusiva para autobús que partiría desde la estación
de Plaza de Armas y enlazaría con Camas, utilizando el antiguo
puente ferroviario de Camas (ya adaptado) y la futura pasarela
vinculada a Puerto Triana. También el autobús tendrá un
paso exclusivo sobre el río reutilizando el puente de hierro
de San Juan y una vía preferente para asegurar la accesibilidad
al futuro desarrollo urbano del Cortijo de Cuarto hasta Bellavista.
El tercer eslabón de la «apuesta» por el transporte
público es el ferrocarril, con la incorporación de
un cercanías en la línea Huelva-Sevilla para servicio
del Aljarafe Norte -una alternativa que Renfe no concibe a corto
plazo- y el proyecto de conexión AVE con Málaga que
mejorará los usos de este sistema de transportes en la zona
Este beneficiando principalmente al área del aeropuerto
y su entorno. Asimismo se rescata y amplía el tramo urbano
de la lanzadera Expo de Cartuja para apoyar a la red de Metro
y permitir los flujos norte y sur el tren.
El plan se completa
con una ambiciosa red de carril bici, medio de transporte que
se declara como verdadera alternativa de movilidad futura.
A primera vista, y se presume como un déficit del plan,
la «apuesta» por el transporte público no salta
a la segunda corona (municipios como Bollullos, Umbrete, etc),
cuyos desarrollos urbanísticos futuros son ya evidentes.
También los municipios del Aljarafe norte deberán
esperar a la construcción del nuevo trazado ferroviario
con Huelva, que permitirá utilizar la actual vía
para cercanías y así tener una alternativa a la muy
colapsada A-49. Más que un Plan Será este un aspecto
a tener muy en cuenta ya que el Plan Metropolitano de Transporte
pretende ser también un instrumento político con
el que poder controlar las nuevas expansiones territoriales por
parte de los municipios que, advirtió la consejera, tendrán
que adaptarse a este modelo de movilidad para aprobar nuevas áreas
residenciales. A falta de un plan de ordenación territorial,
el plan de transporte va a convertirse en un instrumento en manos
de la Consejería para modelar el urbanismo en aquellas zonas
donde la «mancha de aceite» del modelo Aljarafe tiende
a extenderse. Como era previsible, el Plan descarta la construcción
del Paso Territorial Sur antes de 2020, una obra que el Ayuntamiento
de Sevilla consideró vital en su nuevo planeamiento y a
la que parece renunciar definitivamente. Al menos, el alcalde de
Sevilla no lo reivindicó ayer cuando, tras ser felicitado
por la consejera como visionario de la «Gran Sevilla»,
habló del Plan no como una solución coyuntural a
la accesibilidad de la capital y su entorno sino como una «fórmula
de anticiparnos a la solución de los problemas».
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