LOS ATASCOS DE VEHÍCULOS SON UN PROBLEMA TÉCNICO PERO TAMBIÉN POLÍTICO.
27/09/2008 Jorge Benavides Solís / Dr. Arq. Profesor Titular de la ETSA / benavide@us.es http://www.diariodesevilla.es
El lunes ocho de setiembre de dos mil ocho (08/09/2008) será una de las referencias más
expresivas en la repetitiva historia de los atascos en el acceso a Sevilla por Castilleja de la
Cuesta. Merece sintetizar los datos recogidos por la prensa acerca del descomunal atasco
motivado por las promociones en dos centros comerciales contiguos, los que tuvieron unos
22.000 visitantes: duración total 5 horas; 5.000 vehículos sin poder salir del aparcamiento de
los centros comerciales; longitud mínima a las 16 horas, 6 km; longitud máxima a las 20 horas,
16 km; vehículos en una sola dirección, 3.600 y 9.600 respectivamente (en las dos direcciones,
1,5 veces); velocidad media, 2 km/hora, velocidad máxima 11 km/h; personas autosecuestradas
en el doble sentido de la palabra, al menos 20.000. La Junta no ha comentado el
suceso. La primera alarma de un atasco similar causado por el mismo motivo, se produjo hace
cuatro años, precisamente en la inauguración de IKEA (24/01/2004), antes de que Aire Sur
abriera sus puertas. Al respecto publiqué un artículo el 10/02/04 poniendo en evidencia la
expansión urbanística descontrolada e insostenible en El Aljarafe. Dos años después (10/12/06)
la prensa publicó los resultados parciales de una investigación sobre movilidad que había
realizado: 28.000 aljarafeños que diariamente se desplazan por varios motivos a Sevilla,
permanecen auto-secuestrados 35 días al año. Después del último atasco, será necesario
actualizar los cálculos y complementarlos con los resultados acerca de la contaminación, de las
horas perdidas de ocio, trabajo o descanso. Del gasto, del coste debido al consumo de
combustible y de la contaminación. No hay que olvidar que el coche consume 2 veces la
energía que el autobús, 3,7 veces más que el tren ligero. Que mientras de 1 litro de petróleo
sacado de la tierra se puede producir 100 unidades de trabajo, el coche solamente se alcanza
0,12852 unidades.
El atasco es una de las manifestaciones de la mala organización del sistema de
movilidad y de sus ineficientes relaciones con el entorno, o sea, de su mal funcionamiento. No
es como tradicionalmente se asume: el efecto de una determinada causa o de la suma de
varias: amplias zonas de aparcamientos, presencia de grandes generadores de tráfico, falta de
acceso directo a los centros comerciales, aumento creciente del parque automotor,
insuficiente número de carriles, carencia de autorizaciones policiales para el control de las
promociones en híper-superficies comerciales.
Si fuera así bastaría eliminar, de una en una dichas causas para solucionar el problema.
Pero no, no es así. El mal ejemplo de la ciudad de Los Ángeles nos lo demuestra. Llevan más de
30 años construyendo autopistas nuevas, ensanchando y levantando infernales pasos a nivel,
llevando los grandes centros comerciales a la periferia para así, aumentar la velocidad de
circulación de los coches cada vez más potentes. El resultado siempre es contrario a los
objetivos propuestos, tal como comenzamos a notar entre nosotros.
En aquella ciudad, la velocidad media de un vehículo en el centro, cada año es menor.
Hasta hace 10 años era de 15 km/hora; actualmente es de 11 Km/h. Qué coincidencia, la
misma que se alcanzó en el último atasco en Sevilla según el testimonio directo de numerosos
damnificados. Y no habrá solución mientras la expansión urbanística se haga con una densidad
de: 18 viviendas/Hectárea, 36 vehículos/hectárea y no exista una decisión política para evitar
el despilfarro del consumo de los recursos naturales no renovables: agua, suelo, combustibles
fósiles.
Con la forma actual de ocupar el suelo, ningún sistema público de movilidad será
rentable: autobuses, metro, tranvía y hasta tren de cercanías; por eso, los manuales ingleses y
la Unión Europea recomiendan evitar urbanizaciones con densidades menores a 30 viv/Hect.
Son ineficientes. En el País Vasco están prohibidas.
En los últimos cuatro años la administración, incluso con su visión mecanicista podía
haber hecho bastante más para impedir la irracional expansión urbanística que obliga al uso
del coche, también para cubrir el evidente déficit de equipamientos públicos: zonas verdes,
parques, zonas de ocio, centros de educación y sobre todo, para evitar que el coche sea el
único sistema de movilidad, desarrollando otras alternativas: tren de cercanías interrelacionado
con eficientes líneas interurbanas de autobuses, carriles preferentes, carriles bici,
aprovechamiento de los caminos rurales, etc.
Se podría decir que el POTAUS dará solución a estos problemas; pero si se aprueba con
las mismas características de su Avance, solamente se habrá cumplido tarde una orden
administrativa y, un análisis mecanicista merecerá propuestas para mantener la elefantiasis
del sector inmobiliario privado, la anemia de lo público y sobre todo el desinterés por la
participación en el proceso de construcción de la ciudad, de la sociedad civil organizada
(Aljarafe Habitable, Asociación de Empresarios del Aljarafe, Ecologistas en Acción, etc.)
Los problemas urbanísticos incluso los atascos convertidos en cantidades no son un
problema técnico; se resuelven con programas y simulaciones informáticas. El problema es
político, depende de la forma de gobernar y, si se quiere, de gestionar incluso como
recomienda el señor Florida, autor citado por el socialista Teniente Alcalde de Sevilla. Bastaría
hacer realidad sus recomendaciones también en el “clase creativa” de los políticos: las 3T y las
7 variables, sobre todo la quinta: “credibilidad de la alta dirección”
Sevilla 14 de setiembre 2008
Sevilla, las cinco horas del descomunal atasco
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