LEYENDAS DEL URBANISMO SALVAJE EN EL ALJARAFE

José Ignacio Artillo

IX

Los huevos de grúa en las lomas del Cerro Alto

Es un misterio la proliferación de la familia de las grúas en Espartinas. Tanta capacidad especulativa no es posible en el ser humano, ya que está claro que nadie iba a querer levantar la tierra y el paisaje para siempre, poniendo en peligro nuestros recursos. Así que abundan las especulaciones sobre el tema. Se cuenta que hubo unos niños que jugando en el Cerro Alto, encontraron una piedra grande con aspecto de huevo fosilizado. Durante varios día iban a verla, convencidos que se trataba de una cría de dinosaurio. Una mañana temprano, uno de los niños oyó un ruido, como si dentro sonara toc-toc; vio resquebrajarse lentamente el huevo, como una membrana, y de su interior salió, envuelta en una masa gelatinosa, una pequeña grúa. El metal, aún con una presencia débil, iba poco a poco tomando cuerpo y formándose. Escondido tras un arbusto, el niño presenció como otras grúas se le acercaban, e inclinándose le limpiaban el acero; hasta que fue una cría pulcra, como de lamerla, pulida hasta el brillo, lista para hincar el diente. Una cría que empezaba a desplazarse, primero titubeante; en poco tiempo, con firmeza. A nadie contó su hallazgo, pero, desde entonces, hacía un seguimiento, anotando en un cuaderno cuanto veía.

Una noche de Primavera escuchó a través de la ventana, sonidos de cables, gemidos, y un entrechocar de hierros. A cualquiera le parecería que era el viento, que movía las cabezas de las grúas. Pero él sabía que no, así que se levantó y se fue al Cerro Alto. Lo que vio no lo olvidaría jamás: las grúas berreaban y cabeceaban bajo la luna. En una especie de danza ritual, se separaban para volver a chocar, hasta que una de ellas se hacía con el centro del cerro y las otras aceptaban su dominio. Después, las grúas se entrelazan y aparean en silencio, y se montan con ternura unas sobre otras, mientras la luna roja va cayendo sobre la tierra .

Aljarafe, marzo 2007

IX Los huevos de grúa en las lomas del Cerro Alto (formato pdf, para descargar)

© El relato es del autor José Ignacio Artillo.

La viñeta es de Forges en El País