Orden y caos bajo el viaducto del puente de hierro de San Juan de Aznalfarache en Tablada
El 28 de diciembre los amigos de OKplanet han realizado una sorprendente acción. La han llamado: JARDINERA DE LAS ADELFAS.
OKplanet está llevando a cabo desde hace tiempo un programa de actuaciones orientado a recuperar los bajos del viaducto y a fomentar su uso público como acceso a la margen del río en Tablada.
Están realizando sucesivas retiradas masivas de residuos de todas clases, estando aún pendientes de quitar varios montones de escombros. Dentro de dicho programa figura una línea de trabajo consistente en el embellecimiento de aquel espacio basada en intervenciones de orden paisajístico.
En esta ocasión, la intervención se ha llevado a cabo en una parte del viaducto cercana a la orilla del río especialmente degradada, a pesar de lo cual existía allí de manera casi milagrosa un pequeño grupo de adelfas muy asilvestradas, con mucho ramaje seco y desordenado, enredado con algunas zarzas y con una nicotiana glauca, planta exótica y muy invasora. Todo ello sobre un suelo cubierto de escombros de ladrillo taco y de hormigón, tanto en la superficie como en el subsuelo. Encima justo de ellas hay un tubo de desagüe de la calzada del puente.
Así lo explican los propios actores
Las acciones realizadas han sido:
1. Eliminación del ramaje seco, de las zarzas y de la nicotiana que asfixiaban a las adelfas.
2. Retirada del escombro superficial y del subsuelo, este último solamente en la zona donde no había raíces.
3. Trazado de una circunferencia envolvente del conjunto materializada con escombros de hormigón pintados después de blanco. Esto simboliza el orden.
4. Colocación de un grupo de 8 piezas de rocas naturales (granito y caliza) recuperadas también entre los escombros preexistentes dispuestas para servir de salpicadero del agua que caiga desde el desagüe citado.
5. Extensión de una capa gruesa de sustrato de tierra vegetal, turba y humus de lombriz alrededor de los troncos de las adelfas.
6. Creación de alcorques en cada una de las plantas, por si en algún momento fuese necesario regar, poniendo sobre el sustrato ladrillos planos en forma circular y elíptica.
7. Colocación de forma aleatoria, en el exterior de la circunferencia, de los escombros procedentes de la propia limpieza efectuada antes. Esto simbolizan el caos.
8. Adición de tierra vegetal en el interior de la jardinera para regularizar su relieve, pero dejando dos grandes «cuencos» de forma ovalada cuyas bases están a la cota a la que quedó el suelo tras la retirada inicial de los escombros. Tienen las funciones de indicar dicha cota y la de almacenar, a modo de charcos, el agua que caiga en momentos de lluvias muy copiosas.
9. Colocación de cantos rodados blancos en el interior de los alcorques y alrededor del salpicadero con el fin de realzarlos, poniéndolos en relación con la circunferencia exterior.
10. Adición de gravilla sobre los ladrillos del exterior para afianzarlos llenando los huecos existentes entre los mismos y para transmitir que también forman parte de la «instalación».
La contemplación del conjunto remite a los jardines japoneses.
Se establecen contrapuntos armoniosos entre lo vivo y lo inerte, la simetría y la asimetría, el interior y el exterior, el orden y el caos, que quizás sólo sea una forma de orden que no comprendemos, habida cuenta de la inseparable complementariedad de ambos. Parafraseando al abominable Donald Rumsfeld, yo diría que el orden forma parte de las cosas que sabemos que sabemos, que el caos forma parte de las cosas que sabemos que no sabemos, pero que el mundo en realidad está integrado por otro conjunto, inmenso comparado con los anteriores, de cosas que no sabemos que no sabemos…
Larga vida a la «Jardinera de las Adelfas» que acaba de nacer para embellecer un lugar tan degradado y si es corta, ¡qué se le va a hacer!…