58,22 hectáreas de suelos rurales en zonas de alta productividad agrícola en "riesgo fotovoltaico".

Mañana (10 de junio) acaba el plazo para presentar alegaciones a un proyecto de instalación industrial fotovoltaica en terrenos de los municipios de Gerena, Olivares, Salteras, Valencina de la Concepción, Espartinas, Bormujos, San Juan de
Aznalfarache y Tomares.

58,22 hectáreas de suelos rurales en zonas de alta productividad agrícola en "riesgo fotovoltaico".

Ecologistas en Acción-Sevilla ha presentado un documento que merece la pena ser leído, tanto por los impactos y deficiencias que identifica, como por los argumentos y explicaciones que incluye; aportando criterios orientadores para un asunto tan controvertido.

Las alegaciones se fundamentan en la necesidad de una ordenación racional y razonada que evite tentaciones especulativas y proteja los bienes básicos que puedan estar amenazados.

58,22 hectáreas de suelos rurales en zonas de alta productividad agrícola en "riesgo fotovoltaico".

En el documento se afirma que Andalucía tiene dos opciones: dejar que la iniciativa privada elija los suelos donde se hayan de ubicar las plantas solares, o bien establecer previamente una mínima planificación que incluya unos criterios, de tal manera que las iniciativas se reconduzcan hacia los espacios menos valiosos desde el punto de vista ambiental y paisajístico y se ejecuten con criterios de sostenibilidad social y ambiental. Se identifican elementos que pueden estar generando procesos generadores de burbujas especulativas.

58,22 hectáreas de suelos rurales en zonas de alta productividad agrícola en "riesgo fotovoltaico".

Y se destaca la necesidad de impulsar proyectos fotovoltaicos con conexión a la red de carácter comunitario, social y municipal, hoy en día postergados a favor de las grandes instalaciones fotovoltaicas.

58,22 hectáreas de suelos rurales en zonas de alta productividad agrícola en "riesgo fotovoltaico".

Las afecciones, deficiencias e incompatibilidades concretadas para este proyecto nos llevan a vislumbrar inconvenientes similares para muchos otros proyectos en ejecución o gestación.

La defensa del territorio tiene ante sí el desafío que está planteando una manera de afrontar la transición energética que podríamos llamar «desenfrenada y derrochadora».

Ver el documento de alegaciones.